Las tecnologías modernas

Mecanismos y sistemas eléctricos

La Catedral de Burgos acumuló, tanto en su planteamiento como en su realización, todo el saber técnico, científico y tecnológico de la época. Sin embargo, el templo ha sido un edificio vivo que ha buscado incorporar nuevas innovaciones a su conjunto.

El ejemplo más claro fue la adquisición de reloj mecánico en 1384. El reloj se colocó en la fachada y funcionaba mediante un sistema de contrapesos y bloqueos, llamado escape de varillas. Su funcionamiento y conservación dependen de Antonio Cano, relojero y campanero, que nos guía por el pasado y futuro de los mecanismos. Este reloj utiliza la misma tecnología que el que tiene actualmente el Papamoscas, un encantador autómata que marca las horas abriendo su boca, ayudado por el pequeño Martinillo, otro autómata que marca los cuartos.

A pesar de su precisión, el sistema de pesas ha quedado ampliamente superado. En la actualidad, tanto el Papamoscas como el Martinillo mantienen toda su estructura original, pero se manejan por ordenador para garantizar que no haya desajustes con la hora. Mantener las estructuras originales exige mucho mantenimiento, pero conserva todo el encanto que ha fascinado a niños y mayores durante siglos.

Lo mismo ocurre con el toque de campanas. El mecanismo antiguo utilizaba dos tambores de cadenas para tocar las campanas “a volteo” con un sistema de pedales. Al igual que el Papamoscas, las campanas se manejan mediante un ordenador y motores electrónicos que, incluso, están conectados a la red para poder manejarlo sin estar allí. Sin embargo, el reto sigue siendo el mantenimiento.  Pese a toda la automatización, las reparaciones siguen realizándose in situ y no es fácil subir hasta las agujas.

También la calefacción y la iluminación se han modernizado. Dotar de una temperatura constante en una ciudad tan fría y con cambios tan extremos como Burgos es fundamental, no solo para los visitantes, sino para la correcta conservación del patrimonio de la catedral. El sistema de climatización ha aprovechado una antigua canalización del templo, por lo que no se ha alterado lo más mínimo la estructura del edificio. La iluminación, actualizada a luces LED para minimizar su consumo, además de un sistema de alimentación que mantiene activo un sistema de seguridad contra robos e incendios incluso con cortes de suministro eléctrico.

Todos estos sistemas, junto con una protección contra rayos, permiten asegurar que, pese a sus 800 años, la Catedral de Burgos tiene mejor salud que nunca y su seguridad y continuidad está más que garantizada.

La serie

Capítulo I: LA ARQUITECTURA

De los cimientos a las agujas

Capítulo II: LA PIEDRA

La piel de la catedral

Capítulo III: LAS MATEMÁTICAS

Geometrías sagradas

Capítulo IV: LA PINTURA

Pigmentos desvelados

Capítulo V: LAS VIDRIERAS

Los colores de la luz

Capítulo VI: LA MÚSICA

Sonidos en armonía

Capítulo VII: LA CONSERVACIÓN

Presente y futuro de la catedral